sábado, 14 de noviembre de 2009

Célestin Freinet

Célestin Freinet (francés, 1896-1966) fue el impulsor de un movimiento de renovación pedagógica que, por las ideas y prácticas de su fundador y por su estela prolífica y fecunda, encarna uno de los más vigorosos intentos de transformación profunda de la escuela.
En todo y por todo, Freinet es un hijo de su época. El mismo reconoce en sus escritos, la gran influencia que recibe su obra de Rousseau y Pestalozzi –“los padres de toda nueva pedagogía”- y sobre todo de A. Ferriere –“el genial iniciador de la nueva educación”-. Pero Freinet está metido en el contexto más amplio de los grandes pedagogos del período entreguerras. El período en el que Montessori y Decroly se afianzan definitivamente; el período en que Ginebra bullía en el reformismo pedagógico de figuras como Claparede y el mismo Ferriere. Este es el contexto histórico en que se desenvuelve Freinet.
Su concepción de la pedagogía es unitaria y dinámica, y liga al niño con la vida, con su medio social, con los problemas que le atañen a él y su entorno. La escuela de Freinet es una escuela viva, continuación de la vida familiar, de la vida del pueblo y del medio. La única forma de despojar a la educación de la mística aristocrática en que se encuentra envuelta y de convertirla en una preparación y una puesta a punto para la vida proletaria, es ligarla, cada vez más vigorosamente, con la vida, con el pueblo, con sus problemas y realidades.
Si “la escuela contra la vida” es fundamentalmente una escuela centrada en el adulto, “la escuela por la vida y para la vida” se centra en el niño y su verdadera educación.
“Toda pedagogía que no parte del educando es un fracaso para él y para sus necesidades y aspiraciones más íntimas”, escribe Freinet; hay que tomar al niño no en el medio ideal que nos complacemos en imaginar, sino tal cual es, con sus impregnaciones y reacciones naturales y también con sus virtualidades insospechadas sobre las cuales basaremos nuestro proceso educativo.
La base de las actividades escolares Freinet es el trabajo individual o por equipos de afinidades, centrado en los intereses y motivaciones del niño. No se trata, por supuesto, de suprimir, olvidar o menospreciar los conocimientos o la enseñanza, sino de no recargar desenfrenadamente de ellos la educación. Se trata de reforzar más los impulsos vitales de los alumnos, de preocuparse menos por la acumulación de conocimientos que por el proceso de su asimilación e integración
La educación por el trabajo es uno de los principios básicos de nuestro autor, y, al tiempo, una de sus finalidades más buscadas. “El trabajo debe ser colocado en la base de toda nuestra educación”, “el trabajo es un todo”, dice Freinet. Una de las tareas esenciales de esta pedagogía del trabajo es crear una atmósfera de trabajo y elaborar, experimentar y difundir las técnicas que transformando profundamente la educación, hagan este trabajo accesible a los niños, productivo y formativo.
En lo que respecta a la labor del maestro, Freinet considera que este tiene que saber promover su papel eminentemente auxiliar, su papel de catalizador y armonizador, de ayudante que colabora con el niño a sortear los obstáculos y conservar el entusiasmo y la iniciativa
El nuevo papel del maestro consiste en palabras de Freinet, en “perfeccionar sin cesar, individual y cooperativamente, en colaboración con sus alumnos, la organización material y la vida comunitaria de su escuela; permitir a cada uno que se entregue a su trabajo-juego que responda al máximo a sus necesidades y tendencias vitales; dirigir ocasionalmente, con eficacia, sin roña ni gruñidos inútiles, a los pequeños trabajadores en dificultades; asegurar, en definitiva, dentro de la escuela el reinado soberano y armonioso del trabajo”.
El papel del maestro, como se ve, es un papel esencialmente anti autoritario; su esfuerzo debe tenderá sustraer al niño del dogmatismo y de los autoritarismos disciplinarios e intelectuales, a dar al niño conciencia de su fuerza y a “convertirlo en actor de su propio porvenir en el seno de la gran acción colectiva”.
Los tres aspectos fundamentales que caracterizan a la Escuela Nueva son
1.- Concepción de la infancia y su repercusión en la educación. El niño ocupa el centro de toda la organización educativa. Se deja de ver al niño como ser pasivo. Se busca cuáles son las necesidades de éste, de modo de ajustar el proceso docente educativo a éstas.

2.- Concepción del profesor y su papel en la educación. Tiene la tarea de movilizar y facilitar la actividad natural del niño tanto física como intelectualmente. Debe determinar las necesidades, formas de trabajo e inhibiciones de cada uno de los alumnos.

3.- Renovación Metodológica. - Situar al alumno en una posición activa ante el aprendizaje. - La educación debe basarse en los intereses infantiles. El profesor debe estructurar las diferentes materias de forma tal que despierten el interés del alumno. - El sistema educativo debe adaptarse a las particularidades individuales de los niños pues no todos tienen las mismas capacidades, intereses, etc.

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